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En anteriores artículos, vimos cómo la válvula aórtica, situada entre el ventrículo izquierdo y el inicio de la aorta (aorta proximal) puede enfermarse y funcionar inadecuadamente, ya sea porque no cierre adecuadamente (insuficiencia aórtica) y porque no consiga abrirse del todo (estrechamiento o estenosis aórtica).
Cuando el problema de la válvula aórtica es severo, puede ser necesario sustituirla por una válvula artificial (prótesis valvular aórtica), que, como vimos, puede ser mecánica o biológica (ver “¿Cuándo elegir una válvula biológica o mecánica?“).
Tradicionalmente, la forma de acceder a la válvula aórtica, ha sido mediante esternotomía media longitudinal (sección completa del esternón), y apertura de la aorta, tras instaurar la circulación extracorpórea (ver “¿Qué es la Circulación Extracorpórea?“), para poder intervenir la válvula aórtica.
Sin embargo, la patología cardiovascular, en muchas ocasiones, no se presenta de forma aislada, sino que se asocia a problemas similares a otros niveles. Así, igual que la válvula aórtica puede estar calcificada y requerir cirugía para solucionarlo, dicha calcificación puede también aparecer en la aorta, endureciendo su pared.
¿Qué es la “aorta de porcelana”?
Cuando la pared de la aorta se calcifica de forma completa, este tejido, que debería ser elástico, se endurece hasta alcanzar la consistencia de una piedra. En estos casos, se catalogan como “aorta de porcelana”, y tienen unas consecuencias muy marcadas a efectos de tratar la válvula aórtica, ya que se imposibilita su acceso por la vía convencional.
¿Cómo se diagnostica la aorta de porcelana?
Aunque el diagnóstico de sospecha viene dado por la radiografía simple de tórax, para confirmar este diagnóstico es aconsejable realizar un estudio de resonancia magnética (angiorresonancia)

¿Cómo se puede sustituir la válvula aórtica en casos de “aorta de porcelana”?
Antiguamente, se consideraba que un paciente con aorta de porcelana era inoperable, desde el punto de vista de la válvula aórtica. Sin embargo, desde hace unos años, se emplea una solución: la implantación de válvula aórtica a través de un catéter por diferentes vías de acceso, lo cual se conoce como TAVI.
Gracias a esta técnica, pacientes que antes no eran candidatos a la cirugía de sustitución valvular aórtica (y sus expectativas de vida, por ello, eran muy reducidas) pueden ahora resolver su problema valvular.
Para conocer más sobre el TAVI, es aconsejable revisar el artículo: “¿Para qué sirve el TAVI? La estenosis aórtica”.