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Hoy analizaremos dos conceptos básicos que a veces generan confusión entre muchos pacientes: la taquicardia y la bradicardia, como paso previo a conocer, más adelante, los medios que actualmente tenemos para tratarlas.
El ritmo normal del corazón o ritmo sinusal
El corazón, habitualmente, mantiene un ritmo regular (que conocemos como ritmo sinusal, porque sus latidos se originan en una región anatómica conocida como nódulo sinusal y de ahí se extienden al resto del corazón). Hay diferentes alteraciones que pueden modificar el ritmo cardiaco normal, y se engloban dentro de lo que se conoce como arritmias.
Hay diferentes tipos de arritmias en función de cómo se altera el ritmo que hemos descrito. Así, si lo que se altera es la velocidad de los latidos (frecuencia cardiaca o pulso), podemos encontrarnos con dos tipos de arritmias, ya sea por una velocidad anormalmente alta o anormalmente baja.

¿Qué es una taquicardia?
Cuando la frecuencia del corazón es demasiado elevada (por encima de 100-120 latidos por minuto, dependiendo de diferentes factores personales, como el tipo de entrenamiento, la edad, el peso y largo etcétera), nos encontramos frente a una taquiarritmia, también denominada taquicardia.
Hay diferentes tipos de taquicardias, desde la fisiológica (que ocurre sin presencia de patología, en situaciones como el estrés o el ejercicio físico), hasta las patológicas, que pueden oscilar desde leves hasta muy graves, dependiendo del tipo.
Las taquicardias graves, delas que hablaremos en futuros artículos, tienen dos consecuencias negativas. En primer lugar, un corazón que late demasiado rápido puede perder su capacidad de impulsar la sangre, al no tener tiempo de llenarse adecuadamente. Por otro lado, las taquicardias graves pueden evolucionar a una situación de caos eléctrico en el corazón (fibrilación ventricular) que hacen que pierda de forma completa su función.
¿En qué consiste la bradicardia?
La bradicardia, por el contrario, es una situación en la que el corazón late de forma anormalmente lenta. Al igual que la taquicardia, su relevancia puede variar, dependiendo del caso, desde insignificantes hasta muy graves, en casos que denominamos bloqueo o incluso paro sinusal. Al igual que ocurre con la taquicardia, la función del corazón puede resultar ineficaz, si bien ahora sería por el motivo contrario.
Afortunadamente, tanto la taquicardia como la bradicardia tienen diagnóstico (detección) y tratamiento eficaces, que iremos analizando en sucesivos artículos.