Como vimos en el artículo “¿Qué es un desfibrilador?“, hay arritmias que hacen que el corazón deje de bombear la sangre, generando una situación que, de no ser corregida durante los primeros minutos, puede acarrear la muerte. Estas arritmias son, fundamentalmente, la fibrilación y la taquicardia ventriculares. También vimos en dicho artículo que la principal solución de estas arritmias es la aplicación de una descarga eléctrica sobre el corazón, con la intención de “reiniciar” su función eléctrica, recuperando el ritmo normal. Esa descarga se aplica con los desfibriladores.
A lo largo de las últimas décadas, se ha ido perfeccionando un dispositivo especialmente interesante en este ámbito: el desfibrilador automático implantable, más conocido por sus siglas: DAI.
Por otro lado, en el artículo “¿Qué es un marcapasos? ¿Para qué sirve?“ ya adelantábamos que los marcapasos, mediante funcionalidades en su programación, pueden detectar las diferentes arritmias que el paciente presente, y reaccionar en consecuencia.
Pues bien, un desfibrilador automático implantable es un dispositivo que se inserta como un marcapasos, y que tiene las funciones de estimulación y detección de estos últimos pero, además, es capaz de detectar las arritmias fatales que hemos mencionado antes (taquicardia ventricular, fibrilación ventricular,…) y realizar una serie de acciones para tratarlas.
(En la imagen se observa el sistema de un desfibrilador, similar al de un marcapasos, pero con un ensanchamiento en el electrodo, que es el segmento encargado de liberar la energía del choque eléctrico, como si fueran las palas que se aplican en la parte exterior del tórax, cuando se emplea un desfibrilador externo).

Así, dependiendo de la configuración que se haya programado en el desfibrilador implantable, una vez que el dispositivo detecta una arritmia grave, puede iniciar una terapia de sobreestimulación, intentando capturar el latido, o bien realizar una descarga eléctrica para conseguir una desfibrilación.
A partir de estos principios básicos, las nuevas tecnologías suponen mejoras continuas en los DAI, de forma que algunos se comunican de forma inalámbrica (teléfono, internet) con dispositivos que comunican a los profesionales de la Salud cuándo ha habido alguna detección de arritmias o una descarga eléctrica, sin que el paciente acuda al hospital a la consulta del especialista.
Además, estos sistemas de monitorización a distancia, nos avisan de cuándo es precisa una revisión de la programación o una reconfiguración del sistema, para optimizar sus resultados.