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En el anterior artículo vimos cómo se inicia el postoperatorio o la recuperación después de una intervención quirúrgica sobre el corazón (ver: El postoperatorio de cirugía cardiaca – 1: la UCI). En esa fase, se pone todo el foco en la observación del paciente para detectar lo antes posible cualquier desviación de los parámetros normales, lo cual aumenta la rapidez de actuación y las posibilidades de éxito.
Por ello, observación y actuación rápida, los dos puntos clave, son realizados por los profesionales responsables de los cuidados del paciente, el cual tiene una función pasiva. De hecho, los pacientes no son conscientes de gran parte de este periodo ya que, en muchas ocasiones, permanecen sedados durante una importante proporción del mismo.
Al finalizar el periodo de ingreso en UCI, el cual es variable en función del tipo de intervención y la propia evolución del paciente, oscilando entre 12 y 48 horas, se procede a trasladar al paciente a la planta de hospitalización.
Allí se inicia una nueva fase dentro del postoperatorio, en la que el paciente adopta, progresivamente, un papel más activo. Si en la fase de Cuidados Intensivos todo el peso recaía en los profesionales de la Salud, en esta fase es fundamental lo que el paciente aporta a su recuperación.
El interés del paciente, por ello, debe centrarse en los siguientes puntos:

Fisioterapia respiratoria
Debido a las molestias de las incisiones quirúrgicas, es posible que haya una tendencia a realizar una respiración demasiado superficial. Eso puede acarrear problemas al no expandir adecuadamente los pulmones. Para evitarlo, es conveniente realizar con frecuencia inspiraciones profundas, las cuales pueden ser ayudadas con ciertos dispositivos, como los incentivadores respiratorios.
Inicio de la dieta
Es muy frecuente cierta pérdida de apetito tras la cirugía. Sin embargo, una adecuada alimentación se precisa para que la recuperación sea más rápida y eficaz, de forma que la nutrición es fundamental. Aunque no se debe forzar la ingesta, sí es adecuado ir avanzando (primero líquidos y luego elementos con más densidad) progresivamente en la misma.
Postura
Es adecuado cambiar de postura con cierta frecuencia para evitar que haya zonas soportando el peso del cuerpo, las cuales podrían derivar en escaras o úlceras de decúbito. Por otro lado, si se hay realizado una sección del esternón (esternotomía), la herida debe cuidarse teniendo precauciones al toser y evitando movimientos bruscos.
Paseos
Es aconsejable, sobre todo los primeros días, no levantarse de forma demasiado brusca, lo cual podría ocasionar mareos. Sin embargo, es muy importante ir realizando paseos cortos pero frecuentes, con uan duración cada vez mayor, según la tolerancia del paciente. Esto es uno de los factores que ayudan más a una correcta recuperación.
Respecto a los profesionales de la Salud, realizarán controles periódicos, tanto visuales (aspecto general, evolución de heridas quirúrgicas) como de medición de parámetros como la tensión arterial o la temperatura, así como análisis de sangre, orina y estudios radiológicos, en función de las necesidades de cada paciente.