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¿Qué es una bomba de circulación extracorpórea?
Gran parte de los procedimientos de Cirugía Cardiaca se realizan mediante “Circulación extracorpórea”, técnica que, aunque ya tiene unas cuantas décadas, es fundamental para la mayoría de los procedimientos que realizamos.
Dado que hay mucha confusión y dudas entre la población general sobre este enfoque quirúrgico, queremos hoy informar sobre la misma, iniciando una línea de artículos en los que conoceremos más sobre esta técnica.
Emplear la Circulación Extracorpórea consiste en establecer una conexión entre los vasos (arterias y venas) principales del paciente y una máquina (antiguamente llamada máquina de corazón-pulmón) que recibe la sangre que llegaría al corazón, la oxigena y la impulsa, con presión, al territorio arterial del organismo.
Así, hace las veces de los pulmones (oxigenación) y del corazón (impulso de la sangre con presión).
¿Para qué sirve la Circulación Extracorpórea?
Si, como hemos dicho, tenemos una máquina que realiza las funciones del corazón y de los pulmones, eso nos permite algo fundamental en Cirugía Cardiaca: parar dichos órganos y trabajar sobre ellos, aplicando las técnicas precisas.
Así pues, gracias a la Circulación Extracorpórea, podemos parar el corazón, seccionar algunos de sus tejidos (aurículas, ventrículos) y trabajar en su interior, es lo que se conoce comúnmente como “Cirugía a Corazón Abierto”

¿Quién maneja la máquina de Circulación Extracorpórea?
Como es fácil deducir, el manejo de la máquina de circulación extracorpórea requiere unos ajustes finos en los que se regula la cantidad y velocidad (que confluyen en la presión) de la sangre que retorna al cuerpo, así el grado de oxigenación de la misma, además de otros factores más complejos aún como la temperatura y el control de niveles de iones, glucosa, anticoagulación, etc.
Lógicamente, esto implica que, detrás de esa máquina, hay un profesional responsable de su funcionamiento, que debe manejar a la perfección todos esos factores, sabiendo reaccionar, en ocasiones, con gran rapidez para solucionar imprevistos de emergencia.
Este profesional se denomina Perfusionista, y es una pieza clave en todo procedimiento de Cirugía Cardiaca con circulación extracorpórea (o CEC, como también se conoce).
¿Cómo se “conecta” el paciente a la máquina de Circulación Extracorpórea?
Esta es una pregunta muy frecuente en la consulta. Para poder establecer la CEC, se conectan unos tubos (técnicamente conocidos como cánulas) en el territorio venoso (generalmente venas cavas, aurícula derecha, …) para derivar la sangre a la máquina. Para realizar el retorno de la misma, se introduce otra cánula en el territorio arterial (generalmente aorta, aunque hay otras variantes).
Como es lógico, la sangre debe estar anticoagulada para evitar que se trombose dentro de los tubos.
Como el tema es mucho más complejo que esta introducción, dedicaremos nuevas exposiciones a resolver más preguntas frecuentes en próximos artículos.