Índice
En anteriores artículos hemos visto cómo el latido cardiaco se inicia en un punto concreto y se extiende por todo el corazón mediante un tejido de conducción eléctrica. El propio latido, por ello, se puede considerar un fenómeno de tipo eléctrico.
En ocasiones, el latido cardiaco, en lugar de ser ordenado y generar la contracción del músculo del corazón, se convierte en un movimiento caótico sin actividad mecánica alguna, es decir, sin contracción efectiva.
Ese tipo de movimiento se llama fibrilación y es un tipo de arritmia que ya describimos en “¿Qué es la fibrilación auricular? ¿Qué síntomas tiene?“. Ahí vimos cómo se puede perder la función de las aurículas generándose este tipo de movimiento desorganizado que caracteriza a esta situación.
El desfibrilador y la fibrilación ventricular
Sin embargo, si bien en la aurícula una fibrilación puede ser bien tolerada (incluso en muchas ocasiones no provoca síntomas o únicamente simples palpitaciones), la situación es completamente diferente si la fibrilación ocurre en los ventrículos.
Hablamos en esos casos de fibrilación ventricular y se trata de una situación extremadamente grave, en la que el corazón deja de bombear sangre al resto del cuerpo, ocasionado la muerte en pocos minutos, si no se resuelve dicha arritmia.
En esos casos, puede ser eficaz aplicar sobre el paciente una descarga eléctrica de alta intensidad que frene la actividad eléctrica del corazón, con la intención de recuperar, a continuación, su ritmo normal. Esta acción se denomina cardioversión eléctrica y se realiza con el desfibrilador.

El desfibrilador y la fibrilación auricular
En algunos casos de fibrilación auricular, se puede aplicar también la cardioversión eléctrica con buenos resultados, en función de las condiciones de base del paciente (anatomía cardiaca, duración y antecedentes de la fibrilación auricular, ausencia de trombos auriculares, etc.), por lo que es preciso individualizar cada situación para ofrecer la mejor opción.
Los desfibriladores semiautomáticos
Los desfibriladores externos semiautomáticos o DESA son unos dispositivos cuya función es la diagnosticar una arritmia del tipo de la fibrilación ventricular o taquicardia ventricular, realizando a continuación la descarga eléctrica que hemos descrito en párrafos anteriores (cardioversión eléctrica).
La gran aportación de estos dispositivos es que realizan su función de forma automática, es decir, el usuario únicamente debe colocar unos parches autoadhesivos en los puntos que el propio dispositivo indica (mediante instrucciones de voz o con gráficos) y dejar que actúe de forma automática.
Por ello, cada vez con más frecuencia se instalan aparatos de este tipo en zonas muy transitadas (centros comerciales, estadios deportivos, etc.), con la intención de que sean usados por la población general, ante una parada cardiorrespiratoria por fibrilación ventricular.
Próximamente veremos cómo estos dispositivos tienen una versión implantable miniaturizada: los desfibriladores automáticos implantables o DAI.