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En el artículo “¿Qué se entiende por angina de pecho?”, explicamos cómo hay ocasiones en las que el aporte de sangre a los tejidos del corazón es insuficiente para su correcto funcionamiento, y aparecen síntomas como dolor en el pecho, brazo, izquierdo, etc. Esta situación se denomina, como vimos, en dicho artículo, angina de pecho (o angor pectoris).
El infarto de miocardio
A veces, esa carencia de la cantidad de sangre (por su necesario aporte de oxigeno) provoca un daño irreversible en el tejido cardiaco. Dicho daño irreversible (también denominado necrosis) supone la pérdida de funcionalidad de una parte de ese tejido, y es lo que se conoce como infarto (de miocardio, al afectar al músculo del corazón).
Ambas entidades, la angina de pecho y el infarto de miocardio, se engloban dentro de lo que se denomina Cardiopatía Isquémica (ver “¿Qué es la isquemia?”)
Causas del infarto de miocardio
El enfoque adecuado para valorar el origen de un infarto de miocardio es similar al comentado en la angina de pecho, es decir, suele ser la consecuencia de la disminución del calibre de las arterias coronarias, como consecuencia de la arteriosclerosis. Así, el endurecimiento de las arterias por los diferentes factores de riesgo cardiovascular (hipercolesterolemia, tabaquismo, hipertensión, diabetes,…) dificulta el riego de los tejidos cardiacos, el cual, cuando es insuficiente, genera estos cuadros.
Síntomas del infarto de miocardio
Al igual que la angina, las manifestaciones clínicas del infarto pueden ser muy variables.
Así, podemos ver infartos con los síntomas más conocidos (dolor opresivo en el centro del pecho, en ocasiones irradiado al brazo izquierdo y cuello), si bien en ocasiones se puede presentar de muchas formas diferentes, menos claras, como molestia en la parte superior del abdomen o en el cuello, sudoración profusa, sensación de falta de aire (disnea), mareo, náuseas, vómitos, arritmias, etc. En ocasiones, puede aparecer sin ninguna sintomatología (formas asintomáticas).
¿Ayuda la cirugía cardiovascular en el tratamiento del infarto de miocardio?
En este contexto, la cirugía puede ayudar desde dos puntos de vista.
Como se comentó al principio del artículo, el concepto de infarto conlleva la irreversibilidad, es decir, la pérdida definitiva de la función de un territorio.

Fuente: Blausen Medical Communications, Inc. [CC BY 3.0], via Wikimedia Commons
Sin embargo, dado que la arteriosclerosis es un proceso difuso y generalizado, es muy frecuente que, en las zonas que rodean el infarto, también haya isquemia (falta de riego adecuado) que se beneficie de una revascularización (quirúrgica o mediante cardiología intervencionista, dependiendo del caso – ver: “¿Qué es un by-pass?”). Además de prevenir un aumento del territorio infartado, se puede observar una mejoría en los territorios limítrofes, en los límites de dicho territorio, en los que se hallan zonas “aturdidas” por la isquemia, que no han llegado a infartar.
Por otro lado, como consecuencia de un infarto, puede presentarse una o varias complicaciones mecánicas del infarto, que pueden requerir tratamiento mediante cirugía. Dichas complicaciones mecánicas del infarto se tratarán en un artículo específico.