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A lo largo de los anteriores dos artículos («¿Qué es la fibrilación auricular? ¿Qué síntomas tiene?» y «La fibrilación auricular: incidencia, factores de riesgo y cómo diagnosticarla») sentamos las bases sobre la fibrilación auricular: qué es, sus síntomas, cómo prevenirla y cómo diagnosticarla.
En el artículo de hoy vamos a describir por qué es tan importante detectar la fibrilación auricular de la forma más precoz posible y tratarla de la forma más adecuada en cada momento, ya que este tipo de arritmia, en principio benigna, como hemos comentado con anterioridad, tiene una serie de complicaciones asociadas que debemos siempre intentar prevenir.
Fibrilación auricular y trombosis
La sangre se transporta por todo el torrente circulatorio de forma fluida e ininterrumpida. Sin embargo, hay una serie de mecanismos que hacen que, en caso de quedarse retenida o estática, se coagule.
Así, al no latir adecuadamente las aurículas en los casos de fibrilación auricular, la sangre, que debía estar en continuo movimiento, comienza a estancarse en algunos segmentos auriculares, comenzando a coagularse.
Estos coágulos (en lenguaje médico conocidos como trombos) suelen quedarse adheridos inicialmente a las paredes internas de las aurículas (derecha e izquierda). Esto, de por sí, ya puede suponer un problema al disminuir el espacio útil dentro del corazón (trombosis).
Fibrilación auricular y embolismo
Sin embargo, es otro aspecto el que hace esta situación todavía más preocupante: con el movimiento de la aurícula, aunque desordenado, esos trombos pueden desprenderse, migrando dentro del torrente circulatorio hasta llegar a algún territorio fuera del corazón, obstruyendo ahí la circulación. Es lo que se conoce como tromboembolismo.
Como es lógico, las manifestaciones de este embolismo de un trombo dependerán del territorio afectado. Así, como vimos en “¿Cómo funciona el corazón? ¿Para qué sirve este órgano?”, si se trata de un trombo de la aurícula derecha, el trombo podrá migrar a los pulmones (embolia pulmonar), mientras que si se encuentra en la aurículo izquierda podrá ir a cualquier otra parte del cuerpo, dañando allí donde llegue.
Sin embargo, no todos los territorios son igual de importantes, de forma que, dentro de los diferentes tipos de embolismo, hay uno que destaca sobre los demás: el embolismo cerebral, cuyas consecuencias, dramáticas en ocasiones, se presentan 5 veces más frecuentemente en las personas que tienen fibrilación auricular que en aquellas cuyo ritmo cardiaco es normal.

Fibrilación auricular e insuficiencia cardiaca
Por último, la pérdida de la ayuda que aporta la actividad auricular al latido cardiaco, hace que sea más frecuente la aparición de insuficiencia cardiaca en los pacientes que presentan fibrilación auricular.
La solución: un tratamiento adecuado
Sin embargo, todos estos riesgos y complicaciones pueden reducirse al mínimo o eliminarse mediante un adecuado tratamiento, individualizado según las condiciones de cada paciente, mediante medicación, procedimientos intervencionistas o cirugía, como veremos en próximos artículos.