Índice
En el artículo “Cirugía de la válvula mitral II: la sustitución valvular mitral”, vimos cómo en algunas ocasiones no es posible la reparación mitral. En esos casos, nos vemos obligados a sustituir la válvula por una prótesis (válvula protésica o “válvula artificial”).
En dicha exposición adelantábamos que hay dos tipos de prótesis (mecánicas y biológicas), tema en el que vamos a profundizar en este artículo.
¿En qué se diferencian las válvulas mecánicas de las biológicas?
Las válvulas biológicas son aquellas cuya fabricación emplea tejidos orgánicos, es decir, válvulas o pericardio de animales (vaca, cerdo,…). En cambio, las válvulas mecánicas (también llamadas metálicas) se fabrican con materiales inorgánicos (en la actualidad, generalmente, carbón pirolítico).
¿Qué es mejor, una válvula biológica o una mecánica?
Aunque esta sea la pregunta más frecuente en una consulta de Cirugía Cardiovascular o de Cardiología, no se puede decir que un tipo de válvula artificial cardiaca sea mejor que la otra. Lo que hay es un tipo adecuado para tipo de paciente, atendiendo a factores como su edad, historial clínico, anatomía y otros factores que veremos a continuación.
¿Qué ventajas tienen las válvulas mecánicas?
A través de una válvula del corazón, como hemos visto en artículos anteriores, hay un paso de sangre muy intenso (alrededor de 4 o 5 litros por minuto, por un orificio relativamente pequeño). Esto supone que cualquier material de una válvula está sometido a una presión y un roce muy importantes.
La gran ventaja de las prótesis valvulares mecánicas es su durabilidad, es decir, sus materiales son tan resistentes que, a pesar de dicho torrente, no se observa desgaste alguno aunque transcurran años y años.
¿Qué inconvenientes tienen las válvulas mecánicas?
En el otro lado de la moneda, las válvulas mecánicas tienen un inconveniente: al tratarse de un material “extraño” al cuerpo, la sangre tiende a coagularse a su alrededor, a pesar de que el material elegido es el menos trombogénico posible, es decir, poco propenso a formar trombos (coágulos).
La formación de trombos podría ser un problema muy grave, ya que estos pueden migrar a cualquier parte del cuerpo, ocasionando grandes daños. Para evitar esto, los pacientes portadores de prótesis valvulares mecánicas deben tomar una medicación anticoagulante de por vida. Ese es el inconveniente más típico de este tipo de válvulas.

¿Qué ventajas tienen las válvulas biológicas?
La principal ventaja de las prótesis biológicas es que no necesitan anticoagulación. Esto es debido a que, al tratarse de material orgánico, la sangre no tiende a coagularse al estar en contacto con ellas.
¿Qué inconvenientes tienen las válvulas biológicas?
Sin embargo, las válvulas biológicas tienen un gran inconveniente. Igual que comentábamos que las válvulas metálicas no sufren desgaste al estar expuestas al paso del torrente sanguíneo, no ocurre lo mismo con las biológicas.
Así, con el paso del tiempo, a pesar de que las válvulas biológicas son sometidas a tratamientos especiales para evitar su deterioro, sufren una degeneración (un “desgaste”). Por ello, al cabo de los años, pueden requerir una nueva intervención para retirarlas y cambiarlas por otra nueva.
De esta forma, viendo que ambas tienen ventajas e inconvenientes, se entiende que no hay un tipo de “válvula mejor que otro”, sino que, dependiendo de cada paciente, es mejor optar por una u otra clase, concepto en el que profundizaremos en próximos artículos.
Todos estos conceptos, con alguna salvedad, pueden aplicarse a las afecciones de las diferentes válvulas del corazón sometidas a cirugía: aórtica, mitral o tricúspide.